"Todo comenzó cuando repetí curso. Tenía ocho años. Me llamaban la repetidora, la margi, de marginada, la txerri [cerdo en euskera]". Anne (nombre supuesto) está a punto de cumplir 14 años y es víctima de acoso escolar. Vive en San Sebastián y ha tenido que cambiarse de instituto. La situación era insostenible. Insultos, pintadas en las paredes del colegio, persecuciones hasta casa, agresiones. "No dormía, no comía, quería morirme. No me dejan vivir", cuenta.
"El acoso dura años. En el colegio nos hacían creer que era nuestra hija. A los 20 días de pasar a un centro de ESO nuevo, pero con los mismos compañeros, abrieron un protocolo por acoso. Nos pidieron que sacáramos de allí a la niña", dice su madre. Pero sus antiguos compañeros siguen buscándola. Ha tenido que llevar escolta policial. "Me han robado la clave del messenger. Han enviado mensajes de amenaza a mis contactos", dice Anne. "Le han cambiado el nick. La anuncian como una pequeña prostituta. No la dejan en paz y nadie hace nada. Las instituciones no son conscientes de la gravedad de la situación", critica su madre.
(Artículo publicado en el País).
Educación en valores
"El acoso dura años. En el colegio nos hacían creer que era nuestra hija. A los 20 días de pasar a un centro de ESO nuevo, pero con los mismos compañeros, abrieron un protocolo por acoso. Nos pidieron que sacáramos de allí a la niña", dice su madre. Pero sus antiguos compañeros siguen buscándola. Ha tenido que llevar escolta policial. "Me han robado la clave del messenger. Han enviado mensajes de amenaza a mis contactos", dice Anne. "Le han cambiado el nick. La anuncian como una pequeña prostituta. No la dejan en paz y nadie hace nada. Las instituciones no son conscientes de la gravedad de la situación", critica su madre.
(Artículo publicado en el País).
Educación en valores
2 comentarios:
Es duro observar desde lejos, como se repiten las actuaciones de acoso escolar entre compañeros, pero lo mas triste, es comprobar como la estructura educativa, mira, toma nota y se queda esperando a que alguien cambie un poco el sistema; el objetivo de educar a nivel escolar, deberia ser algo mas que trabajar sobre el coeficiente intelectual del alumnado, se deberia trabajar en la inteligencia emocional y en la empatia de las personas, a ver si de una vez por todas estos jovenes inciviles son capaces por un momento de sentir en sus pieles lo que sufren sus víctimas.
La verdad es que un tema tan grave como este se tendría que intentar abordar desde un principio y sería bueno que dentro del programa educativo se encontrara una asignatura común que fuera "educar en derechos humanos" llevando a cabo la teoría pero también la práctica de éstos y así poco a poco pudieramos dar conciencia a todos los alumnos de que todas las personas son merecedoras (como consta en los derechos humanos)de una vida digna. Quizás sea difícil pero es un derecho universal y desde el ámbito educativo sería muy provechoso fomentarlos desde el punto de vista moral, para que actos tan denigrantes como los que constan en este artículo no vuelvan a repetirse. ¡Gracias Karol!
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